Hoy os enseño a preparar esta tarta bien fresquita que hará las delicias de los amantes de los postres de limón, es una tarta de limón que no lleva ni base ni cobertura, una tarta que podéis incluso congelar para tener siempre un trocito por si os sorprende un día sin postre.
INGREDIENTES:
- 500 gr. de nata para montar
- 370 gr. de leche condensada
- Un vaso de zumo de limón
- 8 hojas de gelatina neutra (16 gr.)
- Medio vaso de leche
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos es poner a hidratar en agua fría las hojas de gelatina. Cuando se hayan hidratado pondremos en el medio vaso de leche (se calienta un poco en el microondas) y disolveremos. Reservamos hasta que la leche se enfríe.
Mientras, montaremos la nata con la ayuda de unas varillas eléctricas, teniendo en cuenta que la nata tiene que estar muy fría, así como el bol y las varillas donde se va a montar. Añadimos a la nata ya montada, mezclando con movimientos envolventes, la leche condensada. Después añadimos el zumo de limón y seguimos mezclando con movimientos envolventes. Y, por último, añadimos la leche que teníamos reservada, con la gelatina ya disuelta. Mezclamos todo. Ponemos la mezcla en el molde elegido. A este tipo de preparaciones le viene muy bien los moldes de silicona, yo creo que son para lo único que casi dan resultado, ya que para los bizcochos, bajo mi punto de vista, no dan muy buen resultado. Si no tenemos ningún molde de silicona podemos usar cualquier otro, engrasándolo para que no se pegue o usando spray desmoldante. Metemos en el frigorífico la mezcla, y dejamos hasta que cuaje, mejor de un día para otro.
Para que sea más fácil el desmoldado meteremos una hora antes de servir en el congelador, y así desmoldaréis con mayor facilidad.
Este postre es una muy buena alternativa a los helados, y no resulta para nada pesado, por lo que se convierte en un final de comida muy ligero y refrescante.
Os dejo un vídeo con su elaboración.
*Post, fotos y vídeo actualizados a 18-04-2021