Hacía tiempo que buscaba esta receta de mi infancia. Muchos años han pasado desde la última vez que la comí. Buscando por Internet como bizcochada no aparece por ninguna parte, aunque sí que la he visto parecida como natillas borrachas. Se trata de una receta, como muchas otras recetas, de muchos sitios, y en cada uno con un nombre. También tenemos variantes de esta bizcochada, porque yo recuerdo haberla tomado con magdalenas y una capa de chocolate y otra de natillas. Esta versión que os traigo hoy (aunque con más de un tuneo) me la proporcionó Carmen, una chica de Salobreña, y es que esto de ser "famosa" por tener un blog te hace que te proporcionen multitud de recetas de múltiples recetarios familiares. La diferencia con la receta original que me pasó Carmen es que he espesado algo más las natillas, para poder cortarla mejor y que le he puesto dos capas de bizcochos. Por lo demás es todo igual. Y el resultado no puede ser otro que ¿apoteósico?, si, yo creo que esa es la palabra. Ese toque de anís que tienen los bizcochos de soletilla, por supuesto caseros éstos también, juntado con las capas de natillas y terminados con el merengue, canela y crocanti de almendras en un pecado digno de nuestra Semana Santa. Claro que lo de pecado es sólo porque engordan, porque por lo demás, al paladar, resulta absolutamente celestial.
INGREDIENTES:
- 3 huevos
- 75 gr. de azúcar
- 90 gr. de harina de repostería
- Una pizca de sal
- Azúcar glass para espolvorear
- Para las natillas:
- 1 litro y 250 ml. de leche entera y un vaso más
- 6 yemas de huevo
- 1 palo de canela
- 1 corteza de limón
- 6 yemas de huevo
- 4 cucharadas de maicena
- 300 gr. de azúcar
- Para el merengue:
- 6 claras de huevo
- 6 cucharadas de azúcar
- Para emborrachar las soletillas:
- Anís dulce
- Para la decoración:
- Canela en polvo (podemos sustituir la canela por caramelo líquido)
- 50 gr. de almendras crocanti
PREPARACIÓN:
Lo primero es hacer las soletillas, para ello separaremos las claras de las yemas. Montamos las claras con una batidora de varillas, y en mitad del proceso le vamos añadiendo el azúcar poco a poco. Continuamos batiendo hasta que las claras formen picos y al darle la vuelta al bol no se muevan. Después batiremos las yemas, hasta que blanqueen, añadimos a las claras montadas, y vamos añadiendo la harina y la sal, previamente tamizadas. Mezclamos con una espátula. Ahora meteremos en una manga pastelera con una boquilla lisa e iremos formando las soletillas sobre la bandeja del horno, cubierta con papel de hornear. Espolvoreamos con azúcar glass. Metemos en el horno precalentado a 180º durante unos doce minutos. Saldrán unas 22 soletillas. Reservamos.
Una vez que tenemos las soletillas preparadas procederemos a preparar las natillas. Para ello lo primero que haremos será separar las claras de las yemas. Ponemos a calentar el litro y 250 ml. de leche, junto con la rama de canela y la corteza de limón, procurando que no llegue a hervir. Mientras montamos las claras a punto de nieve, añadiéndole el azúcar, poco a poco, al final. Conseguiremos las claras montadas cuando formen picos. En la misma leche que tenemos en el fuego vamos a ir cociendo cucharadas de merengue. Lo haremos poniendo montoncitos de merengue y cociendo unos dos minutos por cada lado. Cuando los saquemos pondremos a secar sobre un paño limpio. Así procederemos hasta que se cueza todo el merengue.
Batimos las yemas de huevo y reservamos. Ponemos la maicena en el vaso de leche y removemos hasta que se integre todo. Entonces retiramos la leche del fuego, quitamos la canela y el limón y añadimos las yemas batidas, removemos bien con las varillas manuales y ponemos de nuevo al fuego. Añadimos la leche con la maicena y removemos hasta que cuaje.
Ahora procederemos al montaje. En una fuente de cristal o similar pondremos una base de bizcochos de soletilla. Regamos con un generoso chorreón de anís. Añadimos una primera capa de natillas. Después ponemos por encima otra capa de bizcochos, que de nuevo regamos con el anís. Ponemos encima las islas de merengue y regamos con las natillas (las mías al estar más espesas cubrieron todo el merengue, tapándolo, por lo que tuve que ir sacando para que se vieran por encima, así que lo mejor hubiese sido ponerlas directamente encima de la última capa de natillas, aunque el orden de los factores no alteró el producto). Espolvoreamos con la canela molida y con el crocanti de almendra. Esperamos que se enfríe e introducimos en el frigorífico hasta la hora de servir.
Yo creo que con esta receta he agotado todas las calorías posibles en esta Semana Santa, así que, entre ésta y otras razones, me voy a tomar un descanso en el blog y no voy a volver hasta el lunes que viene. Os dejo también un recopilatorio de todas mis recetas de Semana Santa, publicadas en años anteriores, esperando que probéis alguna y deleitéis a vuestros invitados con ellas (pinchad en la foto para que os lleve al enlace).
Feliz Semana Santa.