Ya os comentaba ayer que no sólo íbamos a traer de la India el Pan Naan, sino que se iba a venir otra preparación, una elaboración impensable en la India, donde la vaca es un animal sagrado, pero que, gracias a la globalización alimentaria, podemos tomar nosotros con ternera. El Rogan Josh es un curry indio, y yo lo encontré en formato de kit de especias. Es curioso que lo encontré en Mark & Spencer, y ofrecía la receta tanto para cordero (que es como se cocina en la India) y daban también la opción de hacerlo con carne de ternera. Lo que me lleva a pensar que la cocina hindú, tal y como la conocemos nosotros, es una versión anglosajona de la misma. De hecho el pollo tikka masala se cree que tiene su origen en tierras británicas. Por lo que no me pareció descabellado preparar la ternera al "estilo hindú", por mucho animal sagrado que sea la vaca en la India. El resultado espectacular, muy buena la carne, suficientemente condimentada y no en exceso picante. Reúne una armonía en todo el plato estupenda. Probadlo con cordero si no queréis mezclar religión con cocina, pero yo os digo que con ternera está exquisito.
Desde Bake the world este mes nos ofrecen viajar hasta la India, y no sólo he viajado para traer este pan, sino que mañana volveremos a la India para traer un plato originario de allí, pero preparado con carne de ternera, inconcebible en estas tierras. Es lo que tiene que los anglosajones hayan reinventado parte de la cocina hindú. Pero ahora vamos con este pan naan que acompañó al plato que os comento. Se trata de un pan plano, que se cuece normalmente en una plancha u horno tandoori, aunque también podemos cocerlo al horno tradicional, sobre una piedra de hornear. Entre sus ingredientes figura un yogur natural, que le aporta una ternura estupenda a los panes. Las propuestas para hacer el pan naan eran varias, aunque yo he elegido una receta con queso y cúrcurma, que vi en India Mágica
Desde que empecé a comer carne cruda, con el steak tartar, ya últimamente le doy a todo, je,je..Tenía muchísimas ganas de preparar este carpaccio de pulpo, hasta que he encontrado el momento idóneo. Es sólo un intento de imitar al grandioso carpaccio de pulpo que nos trajeron los chicos de Nueva Cocina Marroquí hace tiempo, pero sin dos de sus ingredientes principales, que para mi son difíciles de conseguir, el amchoor (una especia india, polvo de mango) y el aceite negro. El pulpo va crudo, como tiene que ser en un carpaccio. El secreto para que salga perfecta la receta es cortar las rodajas lo más finas posibles. Cosa que se puede conseguir si el pulpo está congelado y lo cortamos antes de su completa descongelación. En este tipo de platos la materia prima es fundamental, y el aceite en este caso ha sido todo un privilegio para el plato. Ya que se trata de unas de las primeras botellas de aceite de la cosecha 2013/2014 de la D.O.Sierra Mágina (Jaén). Al final de la receta os hablaré un poco de la visita que hicimos antes de Navidad a la almazara Trujal de Mágina, de mi primera cata de aceite, organizada por el mismo Consejo Regulador de la D.O.Sierra Mágina y de la estupenda comida que pudimos tomar en Cabra de Santo Cristo (Jaén), en el Restaurante Casa Hermina, acompañada del magnífico #aove de Siera Mágina.
Esta tarta es la que preparé el otro día para el cumpleaños de mi padre. Él es una persona de gustos tradicionales, por lo que no puedo sorprenderlo con cosas nuevas, así que cuando llega su cumpleaños siempre opto por tartas de nuestra pastelería más tradicional. Memorable fue la que le preparé el año pasado de piononos, que para mi todavía es insuperable, puesto que ni ésta supera a aquella, por lo menos en mi opinión. Hace unos meses me enamore de la cheesecake de crema tostada y merengue que publicó Lola Homar. Pero tenía claro que a mi padre no lo sorprendía con una tarta de queso, puesto que no son sus favoritas. Por lo que decidí hacer la misma cobertura que Lola, pero cambiando el interior por un bizcocho genovés relleno de crema pastelera. Tenía un gran inconveniente con esta tarta, por mi trabajo, tenía que preparar el merengue el día anterior, y no estaba segura de que éste aguantara. Lola en su post de milhojas nos ofrece la fórmula perfecta para montar el merengue, de la mano del mismísimo Paco Torreblanca. Ella misma me dijo que lo montara según sus instrucciones y que en lugar de decorarla la tarde antes, mantuviera el merengue dentro de la manga pastelera y decorara al final. Imaginaos toda la noche soñando con el merengue, lo primero que hice al levantarme fue ir a ver las mangas. A simple vista parecían perfectas. A la hora de decorar la tarta también me dio la impresión, quizás los picos no quedaron tan perfectos, pero mantuvo el tipo. Además de un viaje de cinco minutos en coche. Pero es que además, el merengue que sobró, se mantuvo en la nevera un día más y seguía teniendo la misma consistencia. Por lo que si eso ha sido así, imaginaos si lo ponéis recién hecho. Tiene que quedar espectacular. Fijaos que lo que menos me ha gustado a mi al final de la tarta ha sido el bizcocho genovés. Lo hice con la thermomix por ahorrar tiempo y no me ha gustado el resultado, me parece que queda mucho más esponjoso preparado con una batidora de varillas o con la Kitchen Aid. Por lo que os pongo la receta de forma tradicional que es como a mi me gusta.
No se cómo empezar el post. Es duro dedicar unas palabras a alguien que ya no está entre nosotros. Una persona que fielmente cumplía el asalto cada mes. Una persona que según me han contado vivía el reto del asalta blogs con una ilusión extrema. Alguien que desgraciadamente desde hace ya casi dos meses no ha podido participar en el reto porque, desgraciadamente, ya no está entre nosotros. Se fue antes de tiempo, dejando a una preciosa familia sin el calor de una madre, de una esposa. Yo sin llegar a haberla conocido en vida he descubierto a través de sus palabras en su blog, Bocadillo Suculento, la clase de persona que era Carolina. ¡Cómo disfrutaba de la vida a través de su familia, de sus dos hijos, de su marido, de su perro y de los paisajes de Tenerife!. Otra muestra más de que la vida nos guarda sorpresas desagradables, de que hay que vivir cada día como si fuera el último y creo que Carolina sí que lo hizo y espero que su familia se esté reponiendo de tan terrible pérdida pensando en todo lo bueno que ha dejado Carolina en este mundo, para ellos su recuerdo. Y para nosotros su recuerdo a través del legado culinario que ha dejado en el blog.
Ya se que es viernes y hoy apetece algo ligero, pero ¿quién se puede resistir a una tostada de esta deliciosa zurrapa que nos queda después de hacer el lomo en manteca?. El lomo en manteca ha sido desde tiempos inmemorables una forma de conservar la carne de la matanza. De ahí también el lomo de orza, llamado así por el recipiente en el que se guardaba, protegido por la propia manteca. Yo ni he hecho matanza ni nada por el estilo, simplemente he hecho un poco de trampa, puesto que la manteca de cerdo, normalmente usada la de enjundia, no la he usado, sino la que tenía aún de Navidad de la que venden ya envasada. La receta es de Ana, de Recetas de Mamá, como tantas otras recetas tradicionales que nos ha enseñado. Ella pone cinta de lomo ibérica, tan fácil de encontrar en su tierra, aunque yo si no la pido por encargo no la consigo, por lo que mi cinta de lomo no era ibérica. Como ya he dicho es una forma de tener siempre la carne preparada, y queda con una textura muy tierna, después de su cocción en la misma grasa de la manteca. La podemos envasar y cada vez que queramos un poquito sólo tendremos que sacarla y freírla en su propia manteca. El resultado es éste.
Sigo aprovechando los restos de las pasadas navidades. Si os queda alguna tableta de turrón blando ya podéis preparar estos ricos yogures de turrón. Yo los he preparado en la yogurtera, aunque ya os expliqué en este post como podéis prepararos sin ella. El resultado es estupendo. Además un postre para dosificar, que no hay que tomar de golpe y que aguanta varios días en el frigorífico, por lo que no os hará sentir muy culpables de comerlos.
Hace un par de años, en mi último viaje a Alemania, descubrí en la despensa de Ingrid, nuestra tía alemana, un bote de gelatina de Riesling...fue la primera vez que tuve relación con este manjar exquisito que sirve para acompañar tanto carnes, como patés o incluso tostadas de mantequilla. Fue uno de los descubrimientos gastronómicos de ese viaje. Hace unos meses unos conocidos de mi marido, sabiendo de mi afición por la cocina, me trajeron un botecito de regalo. Él, salobreñero y ella, alemana, me retaron a descubrir lo que era cuando lo probase en casa....Yo no les di tanto tiempo, sólo con mirarlo les dije, esto se parece a una gelatina de Riesling que probé en Alemania...teníais que ver la cara de asombro de ambos....ella me dijo: no es de vino Riesling porque por aquí no lo encontramos, es de Moscatel.... . A lo mejor les resulté prepotente, pero es que esta gelatina no se me ha quitado de la cabeza desde hace dos años. Además la tenía muy presente porque en un libro de conservas tenía la receta, aunque en este caso con vino francés, un vino blanco de Burdeos. Yo he seguido la receta del libro, porque la que me dio en su día Ingrid llevaba gelatina, aunque era un poco imprecisa y no me quería arriesgar. Eso si, he usado azúcar gelificante...¡como no!...de procedencia alemana. Ese azúcar fue un descubrimiento de otro de mis viajes a Alemania, y hasta hace un mes no lo he encontrado nunca por aquí, hasta que, por sorpresa, lo encontré en Supersol. También he leído que lo traen a Aldi, y supongo que en algunas tiendas donde puedan tener productos internacionales. En caso de no tenerlo yo creo que en la proporción que os pongo podéis añadir dos hojas de gelatina al final de la cocción y obtendréis una textura similar a la mía, no pongo mas ya que lleva también zumo de manzana que espesa ya de por sí. En cuanto al paquete, al final del post os pongo varias fotos de varias marcas por si lo encontráis por ahí.
Hoy toca hacer un guiño a la cocina gaditana, en concreto a la cocina sanluqueña. Yo creo que descubrí el turismo gastronómico en Sanlúcar de Barrameda, hace ya muchos años. Fue alucinante nuestro primer viaje allí, y luego vinieron muchos más....cogíamos el coche el viernes y rumbo a casa de nuestros amigos Antonio y Zoraida, el domingo después del almuerzo de vuelta a casa.....nos dio tiempo conocer casi todas las tabernas, restaurantes, discotecas, ventas....etc...de Sanlúcar....Cada sitio es famoso por unas tapas en concreto, Balbino y sus tortillas de camarones son famosos en el mundo entero...en La Gitana descubrí lo que eran las ortiguillas y las galeras....y la tapa estrella de los sábados....los fideos con langostinos....desde entonces ha llovido mucho...con niños es muy difícil seguir ese ritmo, y más cuando nos separan 340 km. Hace años, Zoraida me regaló el libro "La cocina sanluqueña", y ésta receta la he cogido del mismo, aunque yo creo que los recordaba un poco más caldosos estos fideos, por lo que le pondría un poco más de agua que la que viene en la receta original.
Ayer soplé de nuevo mis velas de cumpleaños...y creo que pronto me convertiré en una mujer madura....supongo que eso ya lo pensará mucha gente de mi, aunque aún yo, personalmente, no me hago a la idea. Estos días más que nunca recuerdo cuando cumplí los 18 años...curiosamente ese cumpleaños se mantiene firme en mi memoria, aunque otros posteriores han pasado al olvido...y pensar que desde entonces han pasado la friolera de 20 años....Os voy a contar un secreto que alguno ya conoceréis, cuanto más años tienes más rápido pasan éstos, ¿por qué será?.....
Ya tenía ganas de preparar alguna receta del libro de Dolorss Mateu, ¿quién no conoce a Dolorss?, hace unos meses una de las bloggeras más famosas consiguió el sueño de tener su propio libro de recetas, y vaya libro, es de los libros más completos que he visto de recetas, más de 350 recetas, por lo que yo creo que es una muy buena compra. Además de sencillas las recetas de Dolorss son muy elegantes, así como esta ensalada, que fue acompañada de otro plato principal, y del que puedo decir que casi ni probé, ya que me comí yo solita la ensalada, de tanto que me gustó. Es ideal para esta época del año, porque es bastante completa, brotes tiernos, naranja, nueces y jamón de pato. Es contundente y delicada a la vez. Y si además le ponéis el jamón de pato casero, del que ya os puse la receta hace unos años....triunfaréis seguro. Mientras tenga naranjas de las buenas, de las del huerto de mi suegro, esta ensalada no va a faltar en mi cocina.
Aunque mi propósito para Año Nuevo había sido rebajar en calorías y os prometí hacerlo también en el blog, también os hablé de aprovechar ingredientes que habían sobrado de Navidad. Desde hace unos años la manteca de cerdo es ingrediente básico de mis dulces navideños y tras acabar la Navidad me propongo gastar los envases que quedan en el frigorífico y todos los años, llegado el verano, compruebo que ya han caducado y acabo tirándolos. Este año he pensado que lo mejor es quitarme la manteca de cerdo de en medio pronto, con tanto acierto, que he hecho estas tortas de manteca con las que hemos vuelto a la niñez, hemos alucinado con su textura blandita y con ese sabor a panadería de pueblo. Buscando la receta de las tortas de manteca encontré la de Olimpia, del blog Sueños de amor y canela. Me resultaron muy apetecibles y además venia la receta en thermomix, que me apetecía probar para las masas, por lo que decidí que ésta iba ser la receta. Lo curioso es que viendo la fuente de donde ella había versionado estas tortas me encuentro con la receta de Ana Ruiz, de tortas de aceite que publicó en su blog dulce, Corazón de almíbar, que a su vez versionó de la receta que publiqué yo en su día de tortas de azúcar. Aquella receta de torta de azúcar que yo vi en Cocinando con amor, y que yo hice tal cual, Ana Ruiz versionó y adaptó a Thermomix, y Olimpia sustituyó el aceite por la manteca de cerdo, dando como resultado estas tortas que traigo hoy. Y que he preparado en la Thermomix, que a su vez me vendió Ana Ruiz.....cúmulo de casualidades que vosotros diréis que no tienen importancia, pero es para indicar las vueltas que da una receta por la blogosfera y como al final he acabado haciendo una versión nueva de las tortas de azúcar que publiqué en su día y que hoy se han convertido en tortas de manteca, cambiando por completo la textura e incluso el sabor de aquella de aceite.
Turrón, mazapán, polvorón, roscón......son palabras que a partir de hoy vamos a ir desterrando de nuestro vocabulario.....En pocos días nuestro colesterol, ácido úrico y nuestro peso se han disparado. Pocos días en los que se concentran muchas reuniones de familiares y amigos alrededor de una mesa. A partir de hoy los propósitos para el nuevo año se hacen firmes, y uno de ellos es desintoxicarnos de todos los excesos navideños, a las rebajas en los comercios se unen las rebajas en nuestras comidas, rebajas de calorías. Aunque el invierno es muy largo y las tentaciones son muchas.....por lo que a partir de hoy intentaré traer recetas menos calóricas, con las excepciones propias que conlleva tener que aprovechar las sobras de las Navidades....¡no os podéis imaginar cuánta manteca de cerdo me queda en la nevera!.....
Conociéndome seguro que no será mi versión definitiva, porque año a año quiero seguir probando nuevas recetas de roscones. Esta es la receta que trabajé el año pasado en el taller que impartí de roscones de Reyes. Una receta que se ha ido adaptando a mis tiempos y que al final me ha resultado muy satisfactoria. No lleva apenas trabajo, sólo el de amasado, que podéis hacer con una amasadora o en Thermomix. Después es ir esperando tiempos. Si empezáis a las diez de la noche del día anterior a las dos de la tarde estará listo. Y eso contando con las horas de reposo que pasa la masa en la nevera. Lo ideal es que pasen unas horas para rellenarlo y esté completamente frío. En caso de que lo toméis sin rellenar no hará falta esperar. En cuanto esté frío es el momento para tomarlo. He ido adaptando mis primeras recetas de roscones y de otro tipo de bollería, bajando porcentaje de levadura. La forma sigue siendo un poco mi punto flaco, aunque salen muy redonditos la verdad es que podía hacerlos un poco más grandes para que no saliera tan gordito, me da la sensación de que la masa pedía más juego en el horno y si hubiese estado más grande hubiese quedado mejor, ya que quería salir por donde fuera....aunque si os digo la verdad esas son cosas mías, soñando con perfeccionarme hasta conseguir el roscón perfecto....pero éste tiene muchos puntos a su favor. Animaos si aún no lo habéis hecho, la última foto que os dejo es la de la evolución de mis roscones desde enero de 2010 que hice el primero....era verdaderamente horroroso, aunque estaba mucho mejor que los que venden en los supermercados. Y una vez que hagáis el primero os entrará el gusanillo y ya no compraréis ninguno más....