La realización casera de los croissants no ha sido nunca una de mis inquietudes. Se trata de una de las recetas a las que se puede tener más respeto en este mundo, por lo que disponiendo del poco tiempo del que dispongo, para nada me iba a embarcar en esta ardua tarea. Todo cambió cuando desde Facebook se lanzó el reto de preparar para este día los Croissants aux amandes. Tenía claro desde el principio que iba a preparar la receta de Bertinet, pero al final, por razones de tiempo, busqué otras recetas que se pudiesen ajustar a mi tiempos. Empecé el día anterior por la tarde, preparando una esponja (con mucha levadura, la misma que ponía en la receta), y después empecé con la masa, de primeras la masa me quedó líquida, por lo que tuve que añadir más cantidad de harina. Había leído que la masa tenía que pasar la prueba de la membrana. Por lo que ahí estaba mi Kitchen Aid dando guerra, más de cuarenta minutos, y al final opté por mantener mi preciada amasadora en perfectas condiciones, pese a que la masa aún no pasaba la prueba. He visto muchos vídeos de cómo realizar croissant, uno de ellos decía que la masa era mejor dejarla toda la noche en el frigorífico, lo que a mi me venía ideal. Aunque luego leí por otro lado que no había que dejar levar mucho la masa porque no interesa que desarrolle el gluten. Elegí la primera opción, que por tiempos, era la que me interesaba. Por la mañana la masa se desbordaba del bol, así que preparé la bola de masa, con la cruz, estiré la mantequilla, estire la masa, cerré como un paquetito y procedí al primer estirado de la masa. Era muy manejera, pero nada lisa, daba la sensación de que mantequilla y masa no se habían integrado con amor....primer plegado sencillo de la masa (que también los hay dobles, aunque eso será para los expertos, supongo). Tapé y al frigorífico. Tiempo de reposo de la masa entre plegado y plegado, desde diez minutos en algunos sitios, hasta dos horas en otros. Total, a mi me venía bien lo de las dos horas, tenía que salir a hacer cosas... Vuelta a casa. Sacamos, estiramos de nuevo y otro plegado simple. De nuevo a la nevera. Tenía que volver a irme. Otras dos horas. Después llego el tercer plegado, y en este no esperé, supongo que por la hora....estiré la masa, más fina que nunca. Dividí e hice la forma de los croissant, sin ninguna gracia, todo hay que decirlo. Dejamos levar, bien resguardados de corrientes, pintamos con huevo, y media hora antes de hornear a la nevera, por qué?, porque le viene bien que la mantequilla esté bien fría en el horno para conseguir el efecto hojaldrado...Resultado: mis primeros croissants. Veredicto: no están mal para ser la primera vez, si hubiese tenido más paciencia en el formado del bollo me hubiesen quedado hasta bonitos, pero la verdad es que a esas alturas había perdido la esperanza de que saliera algo decente del horno, bueno esa esperanza ya la había perdido cuando me di cuenta de que la masa no era lo que yo esperaba, después de amasar. El hojaldrado no se nota casi nada, aunque tampoco están abizcochados. De sabor espectaculares, los mejores que he comido hasta ahora, lo mejor, que son míos, y lo más mejor, es que seguiré probando hasta conseguir unos croissant perfectos o cuasi perfectos.
Los Pretzel son un tipo de galleta o bollo horneados y que toman forma de lazo retorcido. Su origen se encuentra en Alemania, y es bastante popular tambien en Alsacia, América del Norte y Australia. Su nombre proviene de la palabra alemana Brezel o Breze, derivada del latín bracellus, 'brazo pequeño'. Este nombre se debe a que su forma recuerda a dos brazos entrelazados. En Alemania y especialmente en Baviera, lugar de su nacimiento, el pretzel es muy diferente al de Estados Unidos. Forma parte de la comida típica del país y es un tipo de pan salado. Básicamente existen dos categorías: los pretzels de galleta y los pretzels de pan blando. El segundo tipo se puede preparar con una gran variedad de sabores, que incluyen almendra, ajo, etc. Sus ingredientes principales suelen ser: harina de trigo con levadura, leche y mantequilla; la masa se sumerge brevemente en una solución de hidróxido de sodio (soda cáustica) o bicarbonato de sodio al 3% antes de hornear,como lo oís, y este baño es el que le da ese sabor tan particular y ese crujiente. De hecho en el centro de Europa es común la tecnica de sumergir los panes en liquidos. Pues bien, ésta es la propuesta de este mes para el reto Bake the world, yo ya tengo publicada una receta de ellos, aunque se me cerraron al hornear, y tampoco los sumergí en bicarbonato. Por lo que no contenta con aquella versión me embarqué en hacer la de Mai, de Hierbas y Especias, y algo más contenta que la primera vez he quedado, pero no del todo con la forma, que para mi es lo más difícil de conseguir de los pretzel. Menos mal que me subió la moral la prima de mi marido alemana, que está pasando unos días aquí y los probó y le gustaron mucho, y las niñas se comieron dos seguidos, lo que es señal de que si que se parecen a los verdaderos.
Si alguien se pregunta cómo me organizo para decidir qué recetas publicar en un mes, tengo que decir que a veces soy muy ordenada y me apunto todas las recetas en la agenda, aunque luego no todas van saliendo, ya sea porque la receta decidida no haya salido bien, o porque no haya podido hacerla finalmente o porque tengas que preparar otras con las que no contabas. Y ésto me pasó con ésta. Nunca tengo suficientes pimientos amarillos para preparar una crema exclusiva de pimientos amarillos. Por aquí sólo los venden en bandejas tricolor, por lo que tendría que comprar cuatro bandejas para hacer esta receta. Pero el otro día mi amiga Ana Ruiz, como siempre que viene por aquí, viene cargada de pimientos. Me hace una ilusión tremenda ver esos pimientos perfectos en todos los aspectos, aunque la parte negativa es que tengo que ponerme a cocinar pimientos como una loca, je,je. Esta vez si he podido preparar esta crema de pimientos amarillos que ella misma tiene publicada en su blog, y que otra amiga, Ana María, también publicó en su día también con los pimientos de Ana. Además de la crema he preparado pimientos confitados, mermelada de pimientos rojos asados y mermelada de pimientos amarillos asados. Esta crema tiene el añadido de un AOVE almeriense de una calidad superior, La Solana2, del que más abajo os hablo un poco más de él. Se me ocurrió usarlo en esta crema por aquello de que los pimientos son de Almería y el aceite también tenía que serlo. El maridaje entre AOVE y recetas no lo hago con ningún sentido, porque aún tengo que aprender mucho en este campo, pero la verdad es que hasta ahora las combinaciones han sido estupendas, y en este caso también.
De nuevo reto del Asalta Blogs, este mes de nuevo especial para mi por la identidad de la asaltada, Bego, de Al Calor del Horno. Bego es de mis mejores amigas blogeras la primera que conocí virtualmente y luego ya han sido unas cuantas las veces que hemos coincidido físicamente, sin ir más lejos el fin de semana pasado estuvimos jutas en #GastroAove2014. Es un placer pasar un rato con ella y también por su cocina. Esta es una de las recetas que tenía en pendientes de su blog, ya sabéis lo amante que soy de la bollería, esa es una de las razones, pero además por tratarse de una receta típica de Cádiz, concretamente de Arcos, y Bego, siendo de Jerez, tiene muy presente porque son los bollos que le preparaba su tía Rosario. Los he preparado con un AOVE de los que nos regalaron el Gastroaove, concretamente con OleoCampo Alta Selección Premium. Debo de reconocer que son unos bollos que me han sorprendido, ya que daba por hecho que serían unos bollitos de pan de aceite con azúcar humedecido y almendra por encima. Pero lejos de ser sólo éso me ha parecido que son de los mejores bollos que he probado nunca, no se si es la calidad del aceite o qué ha sido....pero son realmente fantásticos, además son típicos de Semana Santa, por lo que vienen ideales para los días que se acercan. Lo que me sorprendió desde el principio es que sólo llevan un levado, largo de casi tres horas (en mi caso dos horas y media), pero sólo uno. Sólo tiene un inconveniente y es que son tremendamente adictivos. Con la cantidad de la masa que os pongo salen cinco, os recomiendo que dobléis cantidades, que si no os enteráis. Bego dice que aguantan más de una semana en bolsas de congelación, pero en mi casa no han durado tanto.
Toda la vida viviendo en la provincia de Granada, cinco años viviendo en Granada capital, y yo sin conocer un dulce tan típico de estas fechas. La razón es tan sencilla como que yo no soy nada golosa y nunca me he fijado en los escaparates de pastelería o confitería. Aunque ahora con el blog intento no dejarme ningún dulce sin preparar, y menos si es típico, y más si es de Granada. El año pasado fue cuando descubrí esta cuajada de Carnaval, en el blog de mi amiga Ana María. Encontré con facilidad el lebrillo de cerámica granadino con el que hacerlo (no tan bonito como el de ella, pero bueno), superé el escollo de ponerle cabello de ángel a un postre y el resultado, sorprendente. Cuando iba leyendo los ingredientes pensaba que iba a quedar pesado el postre, y la verdad es que para comerse en cacharrito no es, pero si que apetece tomarse un buen trocito. La crema de almendras que lleva es exquisita, y combinado con la pasta de mantecados (he puesto los bollitos glaseados de Hacendado, también los comercializan Reglero) y con el cabello de ángel, rematado con la canela y azúcar glass, es un delicioso pecado.
Como ya os comentaba el lunes, este fin de semana pasado en #GastroAove2014 una de las primeras actividades fue la del concurso de recetas de los bloggers participantes. Desde el principio se me metió en la cabeza llevar un carpaccio de gambas al concurso, aunque con la duda de si éste iba a resistir bien el transporte (por eso también preparé el paté de queso y AOVE, por si no llegaba bien el carpaccio). Lo mejor era que podía tener preparado el carpaccio dentro del congelador y transportarlo justo después de sacarlo de el congelador dentro de una bolsa térmica con una caja de hielo manteniendo el frío. Llegó en perfecto estado y al final fue el segundo plato más votado de la tarde, detrás de los bombones de AOVE de Mavi, de Cocidito de mi vida y por delante del paté de perdiz, de Carmina en la Cocina. Este carpaccio a mi personalmente me gustó muchísimo. Adoro las gambas y en crudo es como mejor se pueden tomar, y si además le ponemos un buen AOVE tendremos un plato de diez. Y es que también está aderezado con una sal de gambas de la que también os pongo la receta y que descubrí hace unos meses gracias a Marcos Pedraza, de la Ruta del Veleta, aunque yo la he preparado de forma distinta a ellos.
Aún con resaca de #GastroAove2014 y ya os traigo una receta donde uno de los protagonistas es el AOVE. Es largo de contar e intenso todo lo sucedido este fin de semana, y ya lo haré en un post exclusivo para la ocasión, aunque antes os daré algunas pinceladas. Una de las primeras actividades que teníamos en la agenda era la del concurso de recetas presentadas por bloggers. Podíamos llevar hasta dos recetas por blog y así lo hice yo. Los platos tenían todos un nivel estupendo, y, según comentó el jurado, la votación estuvo muy reñida. Mis platos fueron este paté de queso de oveja y AOVE y un carpaccio de gambas, con el que gané el segundo premio del concurso y que os enseñaré el miércoles. El verano pasado en una muestra de quesos andaluces en Salobreña descubrí un paté de queso de cabra curado totalmente artesanal. Según me comentó la mujer que los vendía se hacía con mortero, y sólo dos ingredientes básicos, queso y un buen AOVE (aquél también llevaba pimienta y ajo que yo no le he puesto). Hace unas semanas se me ocurrió que podía hacerlo y presentarlo al concurso, ya que nos había gustado mucho. Yo cambié el queso por uno puro de oveja curado, y aún nos ha gustado más casi que el original. Es muy fácil de hacer, sólo hay que tener la precaución de que el queso esté a temperatura ambiente y tener un buen mortero. Para la ocasión usé el AOVE OrOliveSur, variedad Picual, de la DOSierraMágina, envasado en la almazara Trujal de Mágina que tuve el placer de visitar en diciembre pasado.
La tarta de Linz o Linzetorte emplea una masa muy crujiente hecha con harina, mantequilla sin sal, yema de huevo, ralladura de limón, canela y zumo de limón, y lleva frutos secos molidos, normalmente avellana (pero también pueden emplearse nueces o almendras), cubiertos con un relleno de mermelada de grosella o, alternativamente, de ciruela, frambuesa espesa o albaricoque. Se cubre con un enrejado hecho de masa, elaborado extendiéndola en tiras muy finas que se disponen cruzándolas sobre la confitura. La masa se pinta con clara de huevo batida ligeramente, se hornea, y a veces se decora con almendra fileteada. La tarta Linzer es un clásico en las fiestas austriacas, húngaras, suizas y alemanas, tomada a menudo en Navidad. A menudo se elabora en tamaño pequeño, de tartaleta. Este tipo de tarta reconozco que no son mi debilidad, me como un trocito y poco más, me resultan muy pesadas, aunque me apetecía prepararla mucho, y he aprovechado para hacerla en San Valentín y darle un toque acorde con el día. Mi receta cambia ligeramente de la que os he puesto arriba (que es la definición que da la wikipedia). Espero que os guste.
La cocina alemana pasa inadvertida fuera de sus fronteras. Alemania no es un país que necesite vivir de su turismo, por lo que su gastronomía, fuera del entorno de países que lo rodean, no es conocido. Por experiencia se que los alemanes no comen sólo salchichas. La col forma parte de su gastronomía más tradicional, al famoso chucrut, se unen estos rollos de col rellenos. He tenido la suerte de comer en Frankfurt los dos platos. En mi primer viaje a Alemania una amiga me comentó que no podía dejar de probar el chucrut, y yo entusiasmada lo pedí en una taberna típica para cenar. Ricardo, el tío de mi marido, me miró con cara rara, no lo entendí muy bien hasta que me pusieron el plato. El chucrut venía acompañado de un plato de carne cocida y embutidos, algo así como la pringá que tomamos con el cocido en España. Nada más lejos de lo que podía apetecer en aquellos momentos....por poco me levanto y me voy....Sólo probé un poco, por educación. El camarero cuando llegó a retirar los platos, miró a Ricardo, y con un aire bastante serio le dijo algunas palabras en alemán...él me miró y se rió: dice el camarero que otra vez que vuelvas vengas con hambre, je,je...Después de aquella experiencia, cada vez que he ido a Frankfurt he pedido sólo patatas con salchichas. Aunque en casa de nuestros tíos sí que hemos podido comer platos de la cocina más tradicional, y éstos rollos de col he tenido ocasión de probarlos y me gustaron mucho. No recuerdo exactamente qué llevaban aquellos rollos, pero en uno de los libros que me traje sí que viene la receta. Ha tocado de nuevo usar el traductor para traducir la receta y ponerla en práctica. Nos han gustado muchísimo estos rollos, y pienso repetirlo con más frecuencia. Espero que a vosotros también os guste.
Otra tarta, y ya van tres en lo que va de año....pero es que en mi familia somos de cumplir todos en invierno, y esta vez le tocó el turno a mi madre. Después de preparar la mía y diez días después la de mi padre, ambas algo laboriosas, me decanté por una receta más sencilla y no tan espectacular estéticamente como las anteriores....pero no por ello menos buena...Es una de las mejores tartas de queso que he preparado, el toffee casero coronando y churreteando la tarta es maravilloso. La receta es de Begoña, y, aunque ésta no la había probado en su casa, sabía que viniendo de ella no podía ser más que una garantía de éxito. Y así fue, desapareció la tarta rápidamente, si me descuido ni foto de corte me encuentro...
Seguimos con temporal de frío, nieve, viento en toda la Península. Poco apetece salir de casa y, en cambio, lo que apetece es tomar algo caliente. Por eso os traigo esta cremita para acabar la semana. Una de mis verduras preferidas es la coliflor, desde mi adolescencia ha formado parte de mi menús, y curiosamente son pocas las recetas que tengo publicadas con ella. Quería probar con una idea que vi en una revista hace tiempo y es por ello que ha salido esta cremita. Si añadimos el marisco a la crema le daremos un toque distinto, si no nos gusta pues también está muy buena sin él. Intentad que el marisco sea de calidad, en mi caso los carabineros no estuvieron a la altura, eran congelados y no dieron la talla. Podemos sustituirlos con algunas gambas frescas, que seguro que le aportan más sabor, o si os lo podéis permitir por unos carabineros frescos (yo no los veo en los mercados de la zona).
Se acerca el día más romántico, y también más comercial del año. Yo hace años que ya no lo celebro de ninguna forma especial, como mucho alguna cenita, pero por ser una excusa para salir sin niños, que no por nada en especial. Aunque sí que me gusta traer algunas ideas para endulzar de forma económica el día, que no todo el mundo puede acceder a regalos costosos...Varias veces me han pedido la receta de los cake pops, y, aunque los había hecho en alguna ocasión aún no había publicado ninguna receta de cake pops en el blog. Yo los he hecho con la base de un bizcocho red velvet, para "sanvalentizarlos" un poco, aunque se puede hacer con cualquier otro bizcocho, incluso con magdalenas, y luego ligaremos las bolas con lo que más nos guste, nocilla, queso crema, ganaché de chocolate, petit suisse o cualquier crema que se nos antoje. el único secreto que tienen los cake pops es introducir el palito de forma que luego no se desprenda de la bola y luego ponerle la cobertura con rapidez. Yo lo he hecho de forma tradicional todo, con chocolate blanco de cobertura, aunque existe un chocolate especial para cake pops, que es el candy melts, que viene en pastillas y como tenemos muchos colores da más juego, aunque yo he preferido hacerlo de forma que todos podáis acceder a la receta. Con ingredientes de andar por casa.
Tenía en pendientes esta receta desde Fin de Año. En aquella ocasión no preparé yo el pollo relleno, sino un cocinero inglés amigo, especializado en cocina francesa, que pasó con nosotros el final de año. Atenta estuve yo mirando a su preparación, para poder prepararlo después. Y así ha sido, cuando he tenido ocasión de prepararlo en casa lo he hecho. Y aprovecho para publicar esta receta de fiesta, que puede serviros de inspiración para la cercana cena de San Valentín. Eso si, no es comida sólo para dos, este pollo da mucho de si. Es un pollo de 2,7 Kg., deshuesado después, y relleno de 1 kg. de carne picada más el resto de ingredientes del relleno. Por lo que, cuando sale del horno el bicho es un señor pollo. Por lo que es ideal para una comida con mucha gente. También es bueno hacerlo con antelación para que el corte sea más limpio. Yo corté por la mitad, y es por donde aparece más cantidad de relleno, los extremos quedan con más carne de pollo a la vista, que en el corte de la foto no se aprecia mucho. La salsa que lo acompaña es de champiñones con cava, y le va perfecta. El pollo no lo he deshuesado yo...aún no me he metido en esos menesteres, esa labor se la dejo a mi amigo Emilio, que para eso es carnicero. Ya me costó bastante coserlo, teníais que haber visto cómo destilaba el mismo glamour que Sira Quiroga cosiendo uno de sus trajes, mientras cosía el pollo, je.je...Y luego horneé sin malla, por no encontrar una suficientemente grande para hacerlo. Por lo que tuvimos que darle unas vueltas de hilo de cocina para que no perdiera la compostura en el horno. Por lo que podéis comprobar que es una receta al alcance de todos, puesto que ni se coser, ni tenía malla para introducir en el horno ni nada por el estilo,,,y el resultado no ha estado nada mal.