Este mes de la mano de Bake the world os traigo un post completo sobre pizzas. Hace un año os enseñaba a hacer una masa de pizza que para mi era casi definitiva. Desde entonces no he encontrado una masa que me guste más, aunque desde que tengo el libro Pan Casero de Iban Yarza me seducía muchísimo la técnica de horneado directo sobre la base de horno que nos presenta en la receta de pizza sin amasado. No quise arriesgar con una receta nueva y usé la que os ponía el año pasado, cambiando la harina integral de aquella por harina de centeno integral de ésta. He usado la técnica de horneado directo sobre la base del horno, como Iban Yarza. El resultado es fabuloso, porque si ya la masa estaba bastante conseguida, con este tipo de horneado conseguimos resultados muy parecidos a las horneadas en horno especiales en cuanto a cocción. Y por primera vez he preparado una pizza calzone, que, aunque no ha quedado perfecta en cuanto a forma, su aspecto rústico me seduce bastante. Vamos con ellas.
Es lunes y apetece empezar la semana con algo ligero, y no se me ocurre algo más bueno que esta tortilla, que es una receta de aprovechamiento total. Me sobraron cuatro yemas cuando hice los besitos de merengue, y no quería emplearlas en ningún postre. Así que aproveché las alcachofas de una vecina de mi madre y un trozo de jamón para prepararla. La verdad es que mi historia con las alcachofas es bastante corta, ya que hasta el 2008 nunca las había probado, más bien las aborrecía, hasta que después de dar a luz a Hugo en el Hospital una noche me las pusieron para cenar, y después de varios días convaleciente tenía mucha hambre, así que las probé y la sorpresa es que me encantaron. Ahora es una de mis verduras favoritas y todo lo que las lleva me gusta.
Hace semanas que decidí qué receta iba a robarle a Libia de su cocina, o mejor dicho, de su blog, Tartis y más. El problema es que se me olvidó que hoy era último domingo del mes, y publicación del reto Asalta blogs y pensaba que nos metíamos en el siguiente, hasta que ayer caí en la cuenta. Y anoche tuve que preparar estas salaíllas o saladillas deprisa y corriendo. Fueron unas salaíllas exprés..con muy buen resultado, pero digo lo de exprés, porque llevaban prefermento, y por la imposibilidad del tiempo, no pude hacerlo. La propia Libia comenta en su post que un tío suyo las hace sin prefermento y quedan igual de bien, por lo que, como era la receta que quería preparar, prescindí del prefermento. Las salaíllas o saladillas son unos panes planos con sal gorda y aceite de oliva por encima. Son típicos de la provincia de Granada, y además se suelen consumir en Primavera y, más concretamente, en festividades, como la de la fiesta de la Cruz, que se celebra el próximo 3 de mayo.
Para terminar la semana uno de esos platos de domingo en familia. Unas costillas de ternera con un glaseado al que no podremos resistirnos. Unas costillas de las que solo quedarán los huesos. La receta la varié un poco de una que vi en Directo al Paladar, la adapté a los ingredientes que tenía en casa en ese momento. Y este plato se merecía un buen vino, de nuevo uno granadino, el Nestares Rincón IN1.0. Ya os hablaba de estos vinos en el post de Gastrotur. En Gastrotur tuvimos la oportunidad de conocer la bodega, visitar su museo y probar sus vino. Con unas vistas maravillosas y un lugar donde visitar el Centro temático del Vino, Alpujárride. Se trata de un museo intereactivo del vino donde podemos encontrarnos con los viñedos más altos de Europa. Se ubican a 1352 metros, y son los viñedos de la familia Nestares Rincón. Un microclima único, el suelo pizarroso, las escasas precipitaciones, la suave influencia de la brisa del mar y la gran oscilación térmica entre día y noche, otorgan a sus uvas una gran complejidad que queda reflejada en sus excelentes vinos Nestares Rincón. La botella es un homenaje a la familia Nestares Rincón, propietaria de la bodega, una familia de farmacéuticos amantes del vino y de todo su cultura. Es un vino crianza de 6 meses en barrica de acero inoxidable, de la variedad syrah y tempranillo, de color rojo rubí con borde violáceo. Aroma intenso, bastante fresco, frutos rojos, más bien dulzones. En boca sabroso, ligero, refrescante y fácil de beber. El precio de mercado ronda los 8 euros.
¡Qué peligro tiene la receta de hoy!, hasta yo que no soy golosa me puedo comer cinco de éstos seguidos...Eso sí hay que tener muchííiiiiisima paciencia para secar estos besitos o suspiros de merengue en el horno....cuatro horas estuvieron los míos....a baja potencia si, pero 4 horas. Aunque el resultado merece mucho la pena. La receta está en muchos blogs, de hecho todos los que he visto usan las mismas proporciones. He visto que el tiempo de secado de unos blogs a otros varía, y que desde una hora y cuarto hasta tres horas...y los míos cuatro...supongo que dependerá del tamaño y del horno. Algunos le añaden algún saborizante, aunque yo no le he añadido nada. Sobra decir que son ideales para celebraciones, para completar una mesa dulce, para repartir entre nuestros invitados....y ahora que vienen Comuniones seguro que son un éxito.
Este año ha sido el que menos dulces de Semana Santa he comido, pero sólo de verlos estoy ya cansada....necesito un relax (seguro que no por mucho tiempo), por lo que lo único que me apetecen sólo platos salados y fruta, que compensen. Esta ensalada es ideal para ello y además para aprovechar los restos de bacalao que nos hayan podido sobrar de la Semana Santa. Esta ensalada de bacalao o Esqueixada es un plato típico de la cocina catalana, muy básica pero que ha traspasado fronteras geográficas. Los ingredientes básicos son los que os pongo, aunque el pimiento verde y rojo también es habitual, así como otros ingredientes que se pueden añadir. Con esta ensalada os quería comentar que he colaborado con la guía gastronómica HouseTrip, hablando de la cocina catalana, en el enlace podéis ver una recopilación de las recetas más famosas de la cocina catalana, de sus restaurantes más emblemáticos, así como sus mercados.
Ya hacía tiempo que quería preparar esta receta. Hace tiempo que me enamoraron los brownie en cáscara de huevo de Sandeea. Pero es que además, hace unos meses le vi a mi amiga Beatriz, de Dulces Btrix, estos mismos huevos, pero además decorados, curiosamente también con una técnica que nos enseñaba en su día Sandeea con sus huevos de Pascua decorados con servilletas, además de otra variante de éstos decorados con colorante alimentario y pegatinas (yo ya no he llegado a lo de las pegatinas, sólo he decorado con colorante y con servilletas). Es una receta bastante laboriosa y entretenida, el resultado está claro que visualmente es precioso, y además si os gusta el brownie seguro que disfrutareis al máximo, sin contar el entusiasmo con el que los niños se los van comiendo, quitando la cascarita como si de un huevo cocido se tratara. Yo he hecho sólo seis huevos, aunque la receta del brownie la he hecho completa, y con lo que me ha sobrado he hecho un brownie individual.
La Semana Santa es muy rica gastronómicamente hablando. En sólo una semana somos capaces de ingerir más calorías que en todo un mes completo, y es que, ¿quién se puede resistir a esos aromas tan embriagadores?. Cada región tiene dulces típicos de esta época, pero si hay uno que es de toda la geografía española, ese es, sin duda, la torrija. Por eso desde la blogosfera se decidió hacerle un pequeño homenaje con el #díadelatorrija, y ese es hoy, que también coincide con el Viernes de Dolores, el pistoletazo de salida a la Semana Santa. Aunque estas torrijas son un dulce típico francés, una variante un poco distinta a las nuestras. La base de estas torrijas está en un pan brioche, yo he usado pan para torrijas casero, que ya os enseñaba hace unos años en el blog, dándole forma de pan de molde, para poder cortar después el pan en rebanadas. Y es que no tenía muy claro qué variante de torrijas iba a preparar, salvo que iba a hacerlo con el pan para torrijas, y una vez horneado éste encontré la receta de estas torrijas francesas en el blog Dulce tradición. Por lo que la receta no es exactamente la misma, ya que la receta base del pan es distinta. Yo os enseño la mía.
En Semana Santa el bacalao es el rey, y una de sus compañeras de equipo son las espinacas. El de hoy es un plato básico que vi en una revista, poco calórico, fácil de preparar, y sin calentamientos de cabeza para desalar el bacalao, ya que lleva filetes de bacalao fresco, de fácil compra en pescaderías. De nuevo la materia prima es la protagonista del plato: espinacas, bacalao, cebolleta, zanahoria, vino, caldo de pescado y un AOVE de calidad, como el que hoy os presento, que fue otro de los que se vino de GastroAOVE, Olisierra Gourmet de la S.C.A. Nuestra Señora de la Fuensanta, cuya característica principal es ser muy afrutado.
Entramos en la semana previa a la Semana Santa, por lo que ya tenemos que ir olvidando los platos de carne en nuestra dieta,y dando paso a otros platos más acordes con la Cuaresma, pero antes os quería dejar esta idea. Ya he comentado en varias ocasiones que el solomillo de cerdo tengo que tomarlo disfrazado, ya que no es una de mis carnes favoritas. Este tipo de preparaciones es de las que triunfan siempre en la mesa. La elaboración no es nada complicada ni laboriosa, además es un plato que podemos preparar con antelación y una vez que lo llevemos a la mesa, calentarlo un poco o presentarlo sin calentar. En esta ocasión he querido acompañarlo de unas patatas chips, también fáciles de preparar, cortadas con la mandolina, para darle el efecto ondulado de las comerciales. Y para terminar el conjunto el vino, otro de los grandes vinos granadinos, el Muñana 3 Cepas, del que os hablo más abajo.
Para terminar la semana os traigo una receta de aprovechamiento. Si no sabéis que hacer con esa barra de pan que os queda dura del día anterior, podemos convertirla en un postre de lujo. No es más que la receta del pan de calatrava que hace tiempo publicaba con el añadido de unas cucharadas de cacao el polvo. Hará las delicias de los chocolateros de la casa, siendo un postre muy fácil de preparar y también muy fácil de acabar, ya que es ideal para terminar una comida familiar. Además si le ponéis un poco de nata montada por encima seguro que nadie se podrá resistir.
Seguimos probando los AOVEs que me traje de GastroAOVE, Bravoleum ha sido uno de los ocho AOVEs de Jaén Selección 2014, uno de los ocho primeros de este año. Ya os imaginaréis la calidad que tiene. Está catalogado dentro de lo que se conoce como Aceite de Oliva Vírgenes Extra de Alta Gama. Es de variedad picual. "Conseguido entre los meses de octubre y noviembre y mediante extracción en frío, es un aceite agradable al paladar, poco picante y muy tenue amargor hace que los sabores frutados de aceituna verde, almendra dulce, tomate e incluso plátano nos dejen un sabor incomparable.". No he querido arriesgar mucho con el maridaje de este AOVE. Por lo que he ido a lo seguro y he preparado el mismo plato con el que lo maridaron desde el catering Mas sabor en la cena que nos ofrecieron en Martos: un timbal de patatas a lo pobre con huevo y gulas. Si no os gustan las gulas el plato no os gustará, pero si os gustan, el plato es espectacular, recordando a los huevos rotos con patatas y gulas. La calidad de cuatro productos convierten a este plato en un plato de lujo.