Mi suegro tiene un arbolito de kumquats y estos últimos años está más de adorno que otra cosa. Al principio hacía mermeladas, licores, los añadía a algunas comidas....pero en los últimos tiempos o los regalamos o las naranjitas se caen del árbol sin que nadie las aproveche. Este año hemos regalado algunas, pero siguen saliendo y da una pena verlo tan vistoso y tan poco aprovechado que este año me he propuesto hacer recetas con ellos. Buscando inspiración en Pinterest encontré ésta receta que resultó pertenecer a un libro de cocina de una chef marroquí que tiene un restaurante en San Francisco con una estrella michelín, Mourad Lahlou. Un chico nacido en Marrakech que emigró a Estados Unidos a estudiar economía y ha acabado siendo propietario de un restaurante con estrella. Al margen de la historia personal de su autor, la receta es espectacular, basada en los sabores de su tierra. Nos encontramos con unos pichos de langostinos marinados en aceite, ajo, curcuma, perejil, comino, jengibre y cilantro (además llevaba estragón, que yo no lo puse). A la hora de ensartar el pincho cada langostino abriga a un kumquat, por lo que la explosión de sabores en cada bocado es sublime.
Después de publicar el lunes la tarta Alaska, que algunos me habéis dicho que tenía mucha complicación, hoy os traigo una receta super sencilla y con un único protagonista, estos tomates Raf de verdad, unos tomates procedentes de la empresa Doña Carmen y que también podéis conseguir on line. Hacía tiempo que no tomaba tomates tan buenos, y los pude conseguir gracias a una gran amiga. Aunque estemos tan cerca de Almería, a los mercados de la costa de Granada no llegan estos tomates, así que ha sido un lujo poder comerlos. Y con ellos os traigo esta sencilla receta de carpaccio de tomate, que espero que os guste.
Este fin de semana hemos celebrado el cumpleaños de mi padre. Y, aunque en la foto parezca una tarta femenina por la decoración que le he puesto, la verdad es que esta tarta ha sido con la que hemos celebrado su cumpleaños. Y ya van 67. Este año mas o menos no me ha costado mucho elegir su tarta, puesto que él es amante del merengue, como pudisteis comprobar con su tarta de yema tostada y merengue del año pasado, y además toma helado todos los días del año .... mis hijos le regañan y le dicen al abuelo que no coma helado, que hace mucho frío. Pero él insiste en que es su postre favorito, por lo que me acordé de la tarta Alaska que hace años vi por primera vez en algunos blogs y he hecho mi versión de la misma. Pensé en hacer el helado casero, pero al final, decidí comprarlo y abreviar un poco en la elaboración, hay veces que trabajar más no compensa. Lleva helado de turrón y de nata, en capas, la base es de bizcocho genovés y la cobertura de merengue quemado con soplete.
He hecho una tarta grande para el cumple y una pequeña para poder enseñaros el corte. La tarta se puede hacer con distintas formas, de hecho la he visto en muchas ocasiones en bloques de helado tipo Comtessa. Pero yo la he hecho en un bol de cristal (bueno en dos, uno grande y otro pequeño). El único inconveniente que tiene esta tarta es que hay que ponerle el merengue casi a la hora de servirla, puesto que si no, y en verano más, el helado se derrite. Yo la hice justo antes de comer y la metí en el congelador durante una hora. En ese tiempo el merengue no se estropea y el helado sigue congelado, por lo que no se le causa ningún perjuicio a la tarta ya terminada. Sacaremos diez minutos antes de servir.
Pues ya hemos llegado al último domingo del primer mes del año, y de nuevo toca el reto de El Asaltablogs. Como siempre aprovecho este reto para hacer recetas que tengo en pendientes desde hace tiempo. Cuando llega el correo con el nombre del blog que es el asaltado me voy y empiezo a mirar el índice, la primera receta que encuentro que tengo en pendientes esa es la que finalmente hago. Y eso me pasó cuando fui a ver el blog de Isa, Azúcar Glass. Me tope´con estos huevos escoceses o scotch eggs que llevaba siglos queriendo hacer, desde que se los vi a Lorraine Pascal en un programa de Canal Cocina. Isa los hizo con huevos de codorniz, aunque yo usé huevos de gallina. Hice dos un día, que son los que corresponde a estas primeras fotos. Y congelé los demás ya preparados, sólo a falta de freír. Aunque el resultado, después de su congelación, no fue el esperado. Visualmente pierde mucho (lo veréis en la última foto), puesto que las claras de huevo se agrietan. Por lo que recomiendo hacerlos el mismo día que se preparan, o dejarlos en el frigorífico para el día siguiente, pero sin congelar.
No debemos renunciar a un plato de pasta semanal, pero eso sí, es mejor ir olvidándonos de pesadas salsas para acompañarlas y buscar alternativas más livianas. En este caso la pasta queda jugosa, puesto que se saltea un poco en el aceite de los tomates secos, pero nada pesada, ya que el acompañamiento es más ligero del habitual. Y si aún queréis reducir más podéis cambiar el queso parmesano por uno fresco, también le irá bien. Como siempre digo, la pasta es muy versátil y cualquier ingrediente le va bien, además si son ingredientes coloridos dan lugar a un plato visualmente muy agradable y apetitoso.
La quesería Páramo de Guzmán, que sufrió un devastador incendio que arrasó su quesería artesana y acabó con toda su producción el pasado 30 de abril de 2014, lanzará a subasta, el próximo 29 de enero en la Casa de Arte y Subastas Durán de Madrid, su último queso "superviviente" y donará la totalidad de su recaudación a la ONG EDUCO, para apoyar su programa de becas comedor. El lote a subastar constará del último queso Páramo de Guzmán de 2,5 Kg. y un ejemplar del reconocido best seller “The Telling Room”, novela escrita por el periodista norteamericano Michael Paterniti, quien a través de este relato, hizo que Páramo de Guzmán se consolidara como “El Mejor Queso del Mundo” en Estados Unidos. El precio de salida del lote es de 60€.
Pero vamos a hacer un poco de historia sobre la quesería: desde 1985 elaboran el reconocido queso Páramo de Guzmán. El proceso comienza con el ordeño de la más antigua y noble de las razas ovinas castellanas, la oveja Churra. Dedican el máximo cuidado a mantener intactas las propiedades de la leche, que debe de ser cruda - temperatura inferior a 37º- y a la que sólo se añaden cuajos naturales. Apostando por la artesanía y tradición siguen utilizando el paño en su fabricación para conseguir el mejor prensado. Los quesos Páramo de Guzmán son ricos en matices y en plenitud de aromas derivados de la gran variedad de flora de la meseta castellana. De atractivo tono marfil, tiene un rotundo y permanente sabor que llena de vida vegetal las papilas gustativas, realzados por una curación mínima de 12 meses Se trata de la primera bodega de la Ribera del Duero con quesería propia.. Todas estas caracterísiticas hacen que se considere al queso Páramo de Guzmán como el "El mejor queso del mundo" entre algunos de los mejores críticos del mundo: los amantes del queso que ya lo han probado.
Y además Páramo de Guzmán se ha convertido en el queso de moda en Estados Unidos con motivo del lanzamiento de la novela best seller The Telling Room de Michael Parterniti, corresponsal de prensa, quien viajó a España en el año 2.000 con su familia para conocer la historia de este queso, que diez años antes le había enamorado. Sin quererlo Parteniti, no solo conoció la historia del queso, también la de una familia y un pueblo, Guzmán. Todo lo que vivió y sintió lo ha narrado en su novela. Como reseña más importante de la novela destaca la realizada por Steven Jenkins, el maestro quesero más importante de Estados Unidos. Jenkins habla en The Wall Street Journal describiendo a Páramo de Guzmán como una historia llena de valores: el sacrificio, el esfuerzo, la superación, el respeto a la familia y a la materia prima. La primera vez que Jenkins cató este queso comprobó la inmensa calidad del mismo gracias a una textura muy fina y unas fragancias, como el describe, a “romero, tomillo silvestre y manzanilla que disparan las papilas gustativas como si se tratase de un chispazo eléctrico”. El queso Páramo de Guzmán es uno de los mejores a nivel internacional, siendo considerado como un verdadero producto gourmet y avalado por los más prestigiosos concursos lácteos nacionales e internacionales. Y aunque ahora mismo no podamos disfrutar de él estaremos esperando con ganas su comercialización de nuevo.
Lidia.
Lidia.
Mucho tiempo era el que llevaba esperando para preparar esta receta. Y no las he podido hacer hasta que no he encontrado el molde metálico. Si que lo había visto de silicona, aunque no es lo mismo. En mi último viaje a Gibraltar con mis amigas blogueras pude adquirirlo. Y he esperado a que terminaran las fiestas para poder hacerlas. Las madeleines son unos bizcochitos con forma de concha típicos del noreste de Francia. Y aunque su nombre pueda llevar a la confusión con nuestras típicas magdalenas no tienen mucho que ver. El molde he descubierto que también podéis conseguirlo a través de Internet, por ejemplo en Amazon. La receta que he seguido es la Mary, porque desde que se las vi a ella las tenía en pendientes. Las madeleines salen buenísimas, aunque no se porqué a mi no se me han marcado mucho las líneas del molde. La primera vez que las hice pensé que era porque le había puesto spray desmoldante, pero la segunda vez le puse mantequilla y un poco de harina al molde y me quedaron igual de marcadas.
Ni son unas simples brochetas de ternera ni la salsa os debería pasar por alto. A simple vista las recetas de Nigella Lawson parecen muy simplonas, siempre os lo he comentado, pero después, una vez que las cocinas, se convierten en recetas con mucho sabor. Me fijé en esta receta del libro de La Cocina de Nigella Lawson por la salsa. Ahora que estamos en tiempo de dietas ésta salsa me parece mucho más ligera que las que hacemos habitualmente. La base es de yogur y mostaza, y los rábanos le aportan mucho sabor sin muchas calorías. Éstos rábanos son del huerto de mi suegro, recién cogidos media hora antes de preparar la receta, sin duda un privilegio. Aunque en la receta de Nigella la salsa es de rábanos picantes. los míos no lo son, pero le aportan sabor, y eso es lo importante. Las brochetas tienen también mucho fundamento pues van aderezadas antes de pasarlas por la plancha. El libro no es la primera vez que aparece por aquí, son ya muchas las recetas que he hecho de él. Es de Editorial Planeta y lo podéis adquirir a un precio de 28 euros más o menos.
CHOCOLATE
CHOCOLATE RASPBERRY MOUSSE CAKE (TARTA MOUSSE DE CHOCOLATE, FRAMBUESAS Y VAINILLA CON BASE DE BROWNIE)
Enero es el mes de los cumpleaños en mi casa, de nuevo toca cumplir años y, después de mi hijo Hugo, que cumplió el 3 de enero, me toca el turno a mi. El miércoles fue mi cumpleaños, y los que me seguís por las redes pudístéis ver la tarta elegida para la ocasión. Llevaba más de una semana elegida. Pasó un estricto proceso de selección, ya que la del año pasado puso el nivel muy alto y la de este año no esperaba que fuera menos. Bien, pues si tengo que arrepentirme alguna vez de algo en cuanto a esta tarta es de la decisión que tuve a última hora de no ponerle colorante a una de las capas. Pensé que así era más natural.....pero posteriormente, al ver que no se distinguía mucho la segunda de la tercera capa, me arrepentí muchísimo. Es una lástima porque la tarta hubiese ganada muchos enteros y hubiese quedado mucho más bonita. Ya no puedo hacer nada al respecto, sólo aconsejaros a vosotros que si la hacéis le pongáis unas gotas de colorante rosa a la capa de mousse de frambuesa. Cuando veáis la tarta original en la que me basé seguro que la mía os decepcionará, ya que la original es una pasada, es del blog Sugarhero, y para mi fue amor a primera vista cuando la vi en Pinterest.
La primera dificultad que te encuentras cuando intentas hacer una receta de un blog extranjero es tener que ir traduciendo no sólo la receta, sino los ingredientes, y lo peor las medidas. Tengo un imán en la nevera con la traducción de las medidas anglosajonas en volumen, peso y temperatura. Así fui traduciendo medidas una a una. Llegué al molde de 9 pulgadas y descubrí que era de 23 cm., aunque luego me encontré con sorpresas que os relato en la elaboración de la receta.
Hace tiempo quería inaugurar una nueva sección en el blog donde hablar de mis libros de cocina. Hoy es mi cumpleaños y no se me ocurre mejor día para hacerlo. Y voy a empezarlo con un libro que tenía ganas de tener desde hace tiempo, es el libro de Mis Recetas Favoritas de Gordon Ramsay. Me encanta la cocina de Gordon, sobre todo sus recetas de carne, es verdad que no son recetas muy dietéticas, pero su resultado final es fascinante. Hace unos días llegó el libro a casa, como un regalo adelantado de cumpleaños y lo he estrenado con una receta que tenía en pendientes desde hace tiempo, un fricasé de pollo, plato típico de la gastronomía francesa, elaborado en este caso según la receta de un británico. El libro ronda los 28 o 29 euros, pero es una inversión que vale la pena hacer si os gusta la cocina Gordon. Está basado en el programa de Canal cocina Las mejores recetas de Gordon Ramsay y está dividido en capítulos, separando las recetas por la hora del día donde tomarlas, desde el desayuno hasta la cena. Su cocina está inspirada en todos los lugares del mundo donde ha trabajado Gordon, y le da especial importancia a las hierbas frescas para cocinar (para mi imprescidindibles). El libro es de la editorial Grijalbo.
Empezamos la semana con un plato de cuchara que nos ayude a combatir el frío (aunque por el Sur estamos teniendo muy buenas temperaturas). Aún tenía en casa calabazas del huerto de mi suegro y también naranjas, que este año han sido más tardías y aún estamos disfrutando de ellas. Además esta crema lleva un toque de jengibre, pasta de curry y guindilla. Lo que la hace una crema con mucha personalidad. Va coronada con un poco de nata por encima. Pero si queréis reducir calorías ésta no le aporta mucho a la crema, por lo que podéis prescindir de ella. La receta la vi en un libro de cocina de los que compré sin ninguna pretensión y que luego me sorprendió, su nombre es "Cocina deliciosa para todo el año".
Terminamos la semana con una ensalada, pero no una ensalada cualquiera. Sino una ensalada que se convierte en plato único por la rotundidad de sus ingredientes. En un "tuneo" a una ensalada de Sergi Arola, que llevaba rúcula y solomillo de atún en conserva. Yo he sustituido la rúcula por las espinacas que están de temporada y el solomillo de atún en conserva por atún fresco cocinado a la plancha. El conjunto se completa con nueces, pera y tomates secos en aceite. ¿No os parece una combinación perfecta?.
Por fin volvemos a la normalidad, las comidas festivas dejan paso a otras más ligeras, menos pesadas, incluso refrescantes, que es lo que necesita nuestro estómago para volver a la normalidad y a la rutina alimentaria. Con ese objetivo llegan las nuevas recetas de la temporada. Hoy me apetecía enseñaros más que una receta, una elaboración, ya en su día os enseñaba las conchas finas al vapor, pero como realmente están exquisitas es al natural. Es así como las ponen en los restaurantes de la costa andaluza, rociadas con limón y pimienta recién molida. Las conchas finas al natural son mi debilidad, y siempre que las encuentro en el mercado las compro. Tenemos que comprarlas vivas, es la única forma de poder cocinarlas al natural, si no están vivas no las compréis. Veréis que se mueven y sacan su lengua roja de vez en cuando. Esa es la única garantía para saber que están vivas. Acompañadas de un vino blanco fresco están de lujo, y cualquier época del año es buena para tomarlas.
Pocos días quedan ya para acabar estas Navidades, pero aún queda el asalto final. El día de Reyes es un día especial para celebrar de nuevo en familia. Como de costumbre os traigo unas ideas para que programéis vuestro propio menú. Platos que se pueden preparar con antelación y después servir a la hora de la comida.
Es una mañana mágica y los niños se levantarán ansiosos por ver que les han traído Sus Majestades los Reyes Magos. Después de abrir sus esperados regalos les vendrá de lujo desayunar con unas estupendas magdalenas caseras, y estas magdalenas de anís seguro que les encantarán.
Mientras tanto iremos preparando el almuerzo. Y lo mejor para ir abriendo boca es tomar unos de estos huevos rellenos de pisto gratinados. A mi es una elaboración que me encanta y que vale la pena probar.
Para continuar con una receta a la que tengo especial cariño, un carpaccio de gambas al ajillo. Es uno de mis platos favoritos y si sois amantes de las gambas seguro que a vosotros también os resultará especial.
Para ese carpaccio necesitaremos pan para mojar, y estas francesillas son ideales para ello.
Una ensalada templada de espinacas, champiñones y bacon nos vendrá genial para continuar nuestro almuerzo y antes del último plato.
Mi propuesta para ese plato principal son estos canelones de carne y nueces que están realmente espectaculares.
Los más chocolateros triunfarán con el postre, porque estos vasitos de mousse de chocolate negro con crema de vainilla, ganaché de chocolate con leche acompañados de frutos rojos no pueden dejar indiferente a nadie, ni siquiera a mi que no soy muy chocolatera.
Y para terminar el día y las fiestas un buen trozo de Roscón de Reyes acompañado de un buen café o chocolate será la guinda a estas Navidades a las que habremos puesto fin.
Feliz noche y día de Reyes.
Lidia.