Hoy una receta muy sana de almejas preparadas en papillote. El papillote es una técnica de cocina que consiste en cocinar un alimento, generalmente de consistencia blanda, en un envoltorio resistente al calor. Se cierra bien el envoltorio y en el horno se hincha debido al vapor que es el que cocina el alimento. Se puede hacer con el mismo papel de aluminio, o con uno especial que os enseñaba en esta entrada. En esta ocasión lo he preparado en el microondas, un electrodoméstico infravalorado en casa y al que poco partido le sacamos. El papillote en el microondas se puede hacer en un estuche de vapor, como éste que compré hace años de la marca Lékué, que es muy cómodo y limpio. Estas almejas están hechas en menos de 8 minutos. Al ajo y perejil le añadimos unas hojas de albahaca y unos tomates cherry, y le da un toque extra a las almejas. Podéis poner el tipo de almeja que más os guste, aquí solemos encontrar en las pescaderías las chirlas, y con ellas he preparado el plato. Viene acompañado de un vino blanco albariño que descubrí el año pasado y que se ha convertido en uno de mis favoritos, más abajo os hablo de él.
Ya vamos por el martes esta semana que es más "corta". Y vengo con una receta más que resultona. Unas patatas del huerto de mi suegro que tantas alegrías nos ofrece y que van rellenas de queso azul, calabacín y puerro. La receta me pareció sencilla pero suculenta cuando la vi en una revista y más con estas patatas recién cogidas del huerto, al igual que el puerro. Unos sencillos ingredientes que hacen de ésta una receta ideal para tomarla junto con una ensalada, como plato único, o como acompañamiento a cualquier plato de carne.
Último domingo del mes y día de publicación del reto #Asaltablogs. Hoy le tocaba el turno de ser asaltado a uno de los veteranos de este reto, a Cesar, o lo que es lo mismo, el Capitán Rábano, de Con un Par de Guindillas, Dando una vuelta por su cocina me encontré con la salsa chimichurri que aún no había preparado en casa, por lo que fue la receta elegida. Y en esta ocasión la hemos acompañado de un lomo a la sal. Es una salsa con una base de hierbas aromáticas y picante, de consistencia líquida, que proviene de paises como Argentina, Paraguay y Uruguay, generalmente se utiliza para acompañar carnes asadas. Casi todas las hierbas aromáticas, así como las guindillas son del huerto de mi suegro que siempre me proporciona éstos ingredientes tan importantes en mi cocina. El orégano también es casero, secado por una tía mía. El conjunto lo hemos acompañado con un vino diez del que os hablo más abajo.
Hoy traigo al blog una de esas recetas que gustan a todos en casa, un postre rico, fácil, rápido y fresco. Yogur, queso crema y frambuesas para decorar. Con estos principales ingredientes conseguimos una receta con un resultado fantástico, y que, en mi caso, fue de aprovechamiento. Es una receta apta para principiantes en la cocina. y a la que le podéis poner ingredientes light para bajar en calorías como el queso crema light y el yogur desnatado también, y sustituir el azúcar por cualquier edulcorate. Ya veréis lo fácil que es preparar un postre de este tipo y el partido que le sacáis, ya que con estas cantidades salen ocho vasitos.
Empezamos la semana con un nuevo plato de pasta. Lejos de añadir pesadas salsas a nuestros platos de pasta os propongo una opción diferente, donde las gambas y el brócoli son los protagonistas regados con un poco de pesto de nueces, éste último algo más calórico pero añadido al plato con moderación para no aportarle demasiadas calorías extra. La propuesta la encontré en una revista de cocina, y me enamoró por sus ingredientes y colorido. Nos ha gustado bastante en casa, ya sabéis que soy fan de estas combinaciones de marisco y verdura, es una forma de alegrar la pasta desde luego. El plato viene acompañado de un vino blanco, variedad Verdejo de la D.O. de Rueda, más abajo os cuento algo más de él.
INGREDIENTES (para 4 personas):
- 350 gr. de macarrones
- 12 nueces
- 400 gr. de gambas
- 1 diente de ajo
- 18 hojas de albahaca
- 1 brocoli pequeño
- 2 cucharadas de queso parmesano o similar rallado
- 1 chorrito de vino blanco o vermú
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta
PREPARACIÓN:
Ponemos al fuego una cazuela con agua salada y llevamos a ebullición. Separamos el brócoli en ramitos, retirándole el tronco. Lavamos y añadimos a la cazuela. Cocemos unos 10 minutos, hasta que esté tierno. Escurrimos el exceso de agua y reservamos. Lavamos la la albahaca y la secamos con papel de cocina. Pelamos los ajos y las nueces y picamos los tres. Trituramos en la batidora incorporándoles el aceite, el queso, y salpimentando hasta obtener una salsa fina y homogénea.
Pelamos las gambas, dejando el extremo de la cola, las lavamos y secamos con papel absorbente. Salpimentamos y salteamos durante unos minutos en una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Vertemos el vino y seguimos la cocción un par de minutos más hasta que se evapore completamente. Retiramos del fuego y reservamos. Cocemos la pasta en abundante agua salada según el tiempo que marque el envase para que quede al dente, y escurrimos bien. Mezclamos con el brócoli cocido y con las gambas. Salteamos todo un poco, con un poco del agua de la cocción y regamos con el pesto antes de servir.
Hemos acompañado el plato con un vino blanco, un Verdejo de la D.O. de Rueda, de nuevo con nombre curioso Spanish white guerrilla. Es curioso lo que en mi particular recorrido por los vinos de nuestra tierra estoy encontrando. Son proyectos innovadores como éste, Spanish White Guerrilla es una colección de vinos blancos monovarietales procedentes de diferentes zonas de la geografía española, que tienen un objetivo común: defender la calidad de los vinos blancos españoles. En esta revolución enológica luchan guerrilleros “typical spanish”, encarnados en las variedades autóctonas españolas más destacadas, como Verdejo de Rueda, Albariño de Rias Baixas. Estos dos vinos no se elaboran en Maetierra, sino en las denominaciones de origen Rueda y Rias Baixas. Pero esta guerrilla también tiene “fuerzas internacionales”, variedades cultivadas por primera vez en la Comunidad Autónoma de La Rioja, como las alemanas Gewürztraminer y Riesling, y las francesas Viognier y Chardonnay, algunas de las más interesantes variedades europeas. Todas se cultivan en la Finca Maetierra. Hoy os presento el Verdejo de Rueda, cuya nota de cata es la siguiente: Color amarillo pajizo con irisaciones verdosas. En nariz destacan las notas de boj (arbusto ornamental en jardinería) y hoja de tomate típicas de la variedad, junto a frutas y flores blancas. En boca es un vino glicérico, sabroso y fresco. Podemos encontrarlo a un precio de más o menos cinco euros.
Prometo traeros otros monovarietales de esta colección pronto.
Con estas dos propuestas os dejo el lunes esperando que empecéis con buen pie la semana.
Lidia.
Hoy es viernes y la propuesta es bien sencilla para sorprender a nuestros invitados con unas mini pastelas morunas. Ya en mi comienzos del blog os enseñaba la receta de la pastela moruna con hojaldre, después publiqué una con pasta filo, y ahora toca en versión mini. No es la primera vez que las preparo, aunque nunca las había fotografiado para publicarlas. Y el otro día volví a hacerlas y aproveché para publicarlas. Las probé en versión mini cuando mi amiga Ana María las llevó a una reunión y la receta es la que ella misma tiene publicada en su blog. Es una receta que donde va triunfa, que se puede preparar con unas horas de antelación y que estará ideal para compartir en reuniones.
Este tiempo nos va a volver locos. Hoy llueve, y ayer teníamos un tiempo de verano, aunque por la noche hacía un viento para volar....total que no nos podemos guiar mucho por el tiempo para cocinar, esperando que llegue definitivamente el buen tiempo y platos más ligeros, hoy os traigo un nuevo risotto (y ya van unos cuantos), con base de pollo y bacon ( o panceta) que le confiere mucha intensidad al arroz. Ya sabéis que los risottos son unas de mis preparaciones favoritas, aunque no suelo repetirlos, siempre voy buscando nuevos sabores para el risotto. Lo que si tengo claro es que prefiero para hacerlos el arroz arborio antes que el carnaroli, serán manías mías, claro, porque los dos tipos de arroz son los que se usan para preparar los risottos, o en caso de no tener ninguno también nos vale cualquier arroz de grano redondo. Es un plato que necesita ser preparado con mucho mimo, poquito a poco, ir añadiéndole el caldo a cucharadas para que quede meloso. Esta receta la vi en Pinterest a través de la página Sainsbury´s Magazine y me enamoró, ya sabéis los que me seguís que unos de mis ingredientes fetiche en mi cocina son el bacon y la panceta, aunque recomiendo no tomarlos con mucha frecuencia, claro. El plato lo hemos acompañado de otro vino madrileño, con un nombre de nuevo muy curioso. Más abajo os doy toda la información.
Hace unas semanas cuando estuve en Madrid pasé la mañana con Yolanda, de Cocido de Sopa y con Paula, de Con las Zarpas en la Masa, que también venía al taller de Alma. Después de tomar un te nos fuimos a dar una vuelta y nos topamos con una frutería gourmet donde había de todo con lo que puede soñar un bloggero gastrononómico para realizar multitud de recetas. La pena es que no pudimos llevarnos mucho, ya que era un fin de semana muy caluroso y dudo que hubiesen aguantado ni las frutas ni las verduras un viaje de vuelta a casa tan largo. Lo que sí que compramos fue ruibarbo. Es la tercera vez que tengo ruibarbo en casa. La primera me lo regaló Begoña, lo congelé y al final pasó el tiempo sin usarlo. La segunda lo compré en mi último viaje a Gibraltar....lo dejé varios días en el frigorífico y al final acabó en la basura. Pero esta vez era distinta, de la compra del ruibarbo surgió un reto, el de preparar una receta con él y publicarlo hoy. Y las participantes del reto somos, además de Yolanda, Paula y yo misma, Beatriz, de Sin salir de mi cocina, a la que Paula le llevó su ración de ruibarbo. Abajo os dejo los enlaces a las propuestas de mis compañeras. Yo lo he usado para preparar un delicioso helado de ruibarbo y mascarpone que nos ha gustado muchísimo en casa y del que ya no queda ni rastro. El ruibarbo es muy difícil de conseguir en España, y sólo lo encontramos en fruterías especializadas y establecimientos extranjeros en su corto periodo de recolección. Además se vende a precio de oro, sobre los 15 euros el kilo pagamos nosotros por éste. Con el medio kilo que compré sólo pude hacer esta receta, pero os digo que si queréis probarlo vale la pena comprarlo alguna vez si lo encontráis. Sólo es comestible el tallo, no así las hojas que son tóxicas. Es una verdura-fruta con sabor ácido, por lo que el helado que os traigo hoy no es excesivamente dulce, pero a mi, poco amante del exceso del dulce, me ha parecido de los mejores helados que he comido ultimamente. La receta original la vi en el blog Come Conmigo, aunque yo le he hecho algunas modificaciones.
Hoy vengo con una receta tradicional de la cocina salmantina. Una receta que surgió como plato fuerte de los pastores que pasaban días fuera de casa y se popularizó después entre caballeros y cortesanas a la orilla de río Tormes a su paso por Salamanca. Se tomaba tradicionalmente en Semana Santa y también el lunes de Aguas, ocho días después del domingo de Resurrección. La tradición de tomarlo el lunes de Aguas se remonta a la época de Felipe II. En este periodo, durante la Cuaresma y la Semana Santa, las prostitutas de la Casa de la Mancebía tenían prohibida su permanencia en la ciudad y eran expulsadas al otro lado del río para evitar la tentación de estudiantes y señores. El padre de la Mancebía, popularmente conocido como Padre Putas, permitía su regreso a la capital el lunes siguiente al Lunes de Pascua. Entonces, vecinos y lugareños vitoreaban y celebraban la llegada de las cortesanas, incluso algunos remaban en barcas para ir a recogerlas, acompañados siempre de una buena ración de hornazo. Hoy en día sigue siendo tradicional celebrar en Salamanca el Lunes de Aguas tomando el hornazo a la orilla del río. La receta es parecida a una empanada, compuesta de masa y rellena de lomo, chorizo, jamón y huevo. La receta la he visto en el blog Potingues y Fogones.
Los que me seguís por las redes sociales sabéis que hace poco más de una semana disfruté de un taller con Alma Obregón en Madrid de repostería americana. El taller era el premio por haber sido una de las ganadoras del concurso organizado por Canal Cocina, Dulces con Alma, y además este taller se emitirá proximamente como un programa más de la serie de Canal Cocina de Alma. La experiencia fue extraordinaria, conociendo a la mayoría del resto de ganadoras que no conocía y sobre todo a Alma, que no la conocía en persona. Una de las recetas que preparamos en el taller fue ésta que os enseño hoy y que es muy fácil de preparar y con un resultado extraordinario.
Terminada ya la Semana Santa y los días de descanso que le he dado al blog toca volver de nuevo con muchas ganas de nuevas y sanas recetas. En unos meses estaremos en verano y hay que empezar ya a ir pensando en restar calorías a nuestros menús. En casa no comemos habitualmente muchas hamburguesas por lo de la ingesta desorbitada de calorías que ello supone, pero no por ello no podemos darnos un capricho de vez en cuando. Ya hace tiempo publicaba varias propuestas, todas ellas caseras, incluyendo el ketchup y la mostaza casera. En aquellas dos ocasiones las hamburguesas eran de carne, pero ahora me he atrevido a preparar una hamburguesa vegetal, cuyo protagonista es el calabacín, que es el principal ingrediente, junto con los pistachos y el arroz integral. Temí por la consistencia de la hambuguesa antes de freírla, pero la verdad es que ha mantenido el tipo. Además la hemos acompañado de panecillos caseros integrales y de una salsa de yogur. La receta de las hamburguesas la vi en esta página. Y los panecillos son los mismos que publiqué al principio del blog, pero esta vez con harina integral.