Otro año más llega Halloween, y, aunque mis niños ya no disfrutan mucho de esta fiesta siempre intento preparar alguna receta. En esta ocasión me he decantado por una tarta "fantasma" que le vi a Kanela y Limón y que me encantó. Se trata de capas de bizcocho de chocolate muy jugoso, con ganache de chocolate entre capas y coronada con unos fantasmitas de merengue. El conjunto resulta perfecto para celebrar Halloween.
INGREDIENTES:
- Para el bizcocho:
- 320 gr. de harina de repostería (he puesto algo más que en la tarta original, pues resultaba muy líquida la masa)
- 470 gr. de azúcar (aunque parezca mucha cantidad no resulta excesivamente dulce)
- 90 gr. de cacao en polvo
- 12 gr. de bicarbonato
- 10 gr. de levadura química
- 1 pizca de sal
- 300 ml. de buttermilk (si no lo encontráis podéis hacerlo en casa como os enseñaba en esta otra receta)
- 180 gr. de café
- 160 ml. de aceite de oliva virgen extra variedad arbequina
- 3 huevos medianos
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Para el ganache de chocolate:
- 400 ml. de nata para montar
- 400 gr. de chocolate negro postres
- Para los fantasmas:
- 70 gr. de clara de huevo (dos claras más o menos)
- 70 gr. de azúcar
- 70 gr. de azúcar glass
PREPARACIÓN:
El día antes tendremos que preparar los fantasmas de merengue, y el bizcocho también es conveniente prepararlo en día antes. El ganache de chocolate lo prepararemos dos horas antes del montaje de la tarta.
Para hacer los bizcochos (porque haremos dos) necesitamos dos moldes de 20 cm. de diámetro (o podéis hacerlos en moldes de 18 cm). La masa la preparamos a la vez y luego dividimos la masa en los dos moldes engrasados, pero horneando por separado, ya que no se hornean de la misma forma si están juntos o separado y yo prefiero hacerlo por separado.
Precalentamos el horno a 180º. Tamizamos la harina, levadura, el bicarbonato y la sal. Añadimos el azúcar. Reservamos.
En un bol ponemos los huevos batidos, añadimos el buttermilk, la esencia de vainilla, el café y el aceite, mezclamos bien (yo con la pala plana de la Kitchen Aid, pero podéis hacerlo con una espátula o cuchara). Después vamos añadiendo los ingredientes secos poco a poco hasta integrar completamente.
Dividimos la masa en dos mitades del mismo peso y vertemos cada mitad en un molde. Horneamos por separado unos cuarenta minutos (comprobad primero que esté perfectamente horneado pinchando con una brocheta y que ésta salga limpia). Sacamos del horno y dejamos dentro del molde durante unos diez minutos, desmoldamos después y dejamos que se enfríen sobre una rejilla. Después envolvemos en papel de aluminio cada bizcocho e introducimos en el frigorífico mínimo unas horas o hasta el día siguiente (será más fácil cortar si están fríos los bizcochos).
Los fantasmas de merengue los haremos de la siguiente forma: vertemos las claras de huevo en la batidora de varillas y empezamos a batir, cuando empiecen a tomar cuerpo añadimos el azúcar blanquillo y batimos hasta conseguir un merengue duro (cuando al dar la vuelta al bol el merengue no se caiga). Añadimos entonces el azúcar glass e integramos con movimientos envolventes. Introducimos en una manga pastelera con una boquilla lisa. Sobre una bandeja con papel vegetal vamos haciendo los fantasmas (no muy grandes). Introducimos en el horno precalentado a 80º durante hora y media o dos horas (depende de la potencia de vuestro horno). Luego apagamos el horno y sin abrirlo dejamos los fantasmas toda la noche.
Por la mañana sacamos los fantasmas y dejamos sobre la bandeja, esperando a hacer el ganache para hacerle los ojos.
Preparamos el ganache calentando la nata hasta llegar a ebullición. Luego añadimos ésta sobre el chocolate troceado, dejamos unos minutos sin mover, y después removemos bien hasta integrarlo todo. Con la ayuda de un palillo mojando en el ganache pintamos los ojos a los fantasmas. Dejamos enfriar el ganache e introducimos en la nevera durante un par de horas.
Será tiempo suficiente para usarlo. Cortamos cada bizcocho en dos con una lira corta tarta o con un cuchillo bien afilado. Ponemos el primer bizcocho sobre la fuente de servir. Añadimos una capa de ganache y extendemos bien con una espátula, así hasta poner la cuarta capa de bizcocho. Por último añadimos una capita fina de ganache de chocolate por encima de la última capa. Introducimos la tarta una media hora en la nevera y después sacamos y decoramos poniendo los fantasmas por encima. Servimos.
Espero que os haya gustado.
Feliz Halloween.