Se acerca en el calendario una fecha bien señalada en rojo, en un par de semanas estaremos celebrando San Valentín, pero es que además el día 2 se celebra la Candelaria, y en Francia se celebra preparando y comiendo crepes en familia, es una tradición de origen pagano que en sus comienzos se hacía para usar el trigo sobrante antes de la nueva cosecha. Así que yo he unido a la Candelaria y a San Valentín en dos y he preparado una tarta de crepes "terciopelo rojo", poniendo en la base de las crepes cacao en polvo y colorante rojo, como la famosa tarta "Red Velvet".
Ya en otra ocasión preparé otra versión más chocolateada de tarta de crepes, precisamente con un relleno parecido al que tiene la tarta Red Velvet, aunque en esta ocasión el relleno es diferente, ahora lo veréis. Me encanta usar el topping de frutos rojos para mis tartas, ya es casi obsesivo, pero es que me encantan y a esta tarta es lo que más le va.
Lo más laborioso de la tarta es ir haciendo una a una las crepes, aunque luego se monta sobre la marcha. Por lo que es una tarta que un rato la tendréis lista, sin necesidad de paso previos y reposos largos.
INGREDIENTES:
- Para las crepes (sales unas 25 en sartén de 20 cm. de diámetro, si las hacéis en otra sartén más grande os saldrá algo más bajita, aunque ésta es muy alta y no pasa nada si las crepes son más grandes):
- 250 gr. de harina común
- 1 y 1/2 cucharada de cacao en polvo
- 4 huevos
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 50 gr. de azúcar glass
- La puntilla de una cucharadita de colorante en gel rojo
- 500 ml. de leche
- 60 gr. de mantequilla derretida
- Para el relleno:
- 400 gr. de nata para montar mínimo 35% materia grasa
- 250 gr. de queso crema
- 120 gr. de azúcar glass
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Para decorar:
- Fresas
- Frambuesas
- Azúcar glass
PREPARACIÓN:
Añadimos los ingredientes al vaso de la batidora en este orden: huevos, leche, esencia de vainilla, mantequilla derretida, colorante, azúcar glass, harina, sal y cacao en polvo. Batimos bien durante unos minutos para evitar que queden grumos.
Engrasamos una sartén con un poco de mantequilla y ponemos a calentar, yo en el 4 de la vitrocerámica. Las crepes tienen que ser todas iguales, por lo que usaremos un cazo pequeño u otro utensilio para que siempre añadamos la misma cantidad de masa. Yo he usado un sacabolas de helado mediano.
Cuando las sartén este caliente añadimos la masa para hacer la primera. Extendemos la masa uniformemente por toda la base de la sartén haciendo movimientos circulares de ésta. Una vez que empiece a burbujear la masa le damos la vuelta con una espátula preferiblemente de silicona. Esta vez será suficiente menos tiempo de cocción. Sacamos y ponemos enfriar sobre una rejilla. Seguimos añadiendo masa hasta preparar todas las crepes.
Cuando hayamos terminado todas las crepes prepararemos el relleno. Sacamos la nata bien fría del frigorífico y añadimos al bol de la batidora, junto con el queso y la esencia de vainilla. Empezamos a montar con las varillas eléctricas. Y una vez que vaya tomando cuerpo la mezcla vamos añadiendo poco a poco el azúcar glass. Seguimos batiendo hasta montar completamente.
Empezamos a montar la tarta. Para ello en el stand o plato de servicio ponemos un poco de mezcla de nata y encima ponemos una crepe para que quede bien pegada y no se mueva. Encima ponemos una cucharada del relleno y extendemos bien sobre toda la crepe con la ayuda de una espátula, ponemos encima otra crepe y actuamos de la misma forma. Así hasta acabar con la última crepe, en la que no pondremos encima relleno. Llevamos una media hora al frigorifico para que se enfríe un poco antes de servir. Y a la hora de servir decoramos con las fresas y frambuesas. Y espolvoreamos por encima azúcar glass.
El corte de esta tarta es precioso, y la tarta en sí está de lujo, y ya veis lo fácil que es prepararla, ideal para este fin de semana que se acerca.
Feliz jueves.